Cada vez me queda claro que el fútbol se vuelve día con día menos deporte y más espectáculo en toda la extensión de la palabra (en el sentido de que todo menos el fútbol es noticia y más relevante). Ahora tenemos el caso del portero del Deportivo La Coruña, Gustavo Adolfo Munúa (foto), quien es sentenciado a prisión por seis meses por agredir a su compañero de equipo, el también arquero Dudu Aouate, israelí.
En realidad no va a cumplir la pena, ya que por la forma en que se da, y al no tener antecedentes penales, se libra con una multa de 3 mil 600 euros. Lo extraño es que un pleito futbolístico llegue a tales grados. ¿Cuántas veces no hemos visto jugadores pelearse en entrenamientos, e incluso en los partidos? Ahí se han dado agresiones peores, pero no pasan de la multa y sanción dentro de lo que es el deporte. Multas económicas y suspensiones de partidos, pero, ¿prisión? ¿A eso ha llegado el fútbol?
Me imagino si esto sucediera en México, que futuro les hubiera tocado a jugadores como Cuauhtemoc Blanco. Si, era muy buen jugador, pero también propenso a este tipo de reacciones (golpear a otros jugadores). Tal vez no hubiera llegado a ser lo que para muchos fue el mejor jugador mexicano. Que cosas, ¿no?
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